miércoles, 31 de julio de 2013

UN PASEO POR LA HISTORIA. CEMENTERIO CIVIL ( I )


Tenia unos trece años cuando una mañana de domingo mi padre me llevo a visitar un sitio diferente, especial. Yo no sabia nada sobre ese lugar, sabia que iba a un cementerio, pero que no era un cementerio normal, era un cementerio diferente, con cierto halo de misterio. Sabia que allí solo enterraban a los suicidas y a los que no eran católicos.

            Corrían aun tiempos en que visitar el cementerio civil  de Madrid era casi una visita clandestina, traspasar su puerta era sinónimo de ateo, de rojo…vamos, de algo sospechoso. Yo traspase esa puerta con mi familia sabiendo que estaba haciendo algo importante, no sabia bien por que,  pero me sentía bien.

            Pronto supe que ese sitio me iba a gustar, tanto que esa visita me marco para siempre. Era un sitio especial, por supuesto que si, vi que allí había enterrada mucha mas gente de la que pensaba, y gente “importante” decía yo desde la óptica de una niña.

            Nada mas entrar,  a mano derecha observe un mausoleo enorme, era de un tal Nicolás Salmerón.  No sabia quien era, pero al leer su epitafio me cayó bien: Había dejado de ser presidente por no firmar una pena de muerte. Su nombre siempre me acompaño, siempre identifique el cementerio civil de Madrid con él.
 Casi enfrente estaba enterrado una persona a la que si conocía, la verdad, era el único nombre que me sonaba: Pablo Iglesias.

            Fui paseando con mi familia por todas las calles del cementerio, calles llenas de gente anónima para mi, desconocía por aquel entonces la gente tan importante que allí yacía. Gente desconocida también para muchos, gente que habían silenciado durante años, cuya persona y obra eran desconocidas para un  sector de la población ya que el régimen se había encargado de que supiéramos poco de ellos.


            Me llamo también la atención, la casi ausencia de cruces, y sin embargo veía palomas de la paz, hoces y martillos, compases y cartabones, poesías o simplemente un nombre solitario encima de una lápida. Eso me gustaba, no me daba el respeto (llamase miedo) que me daban los cementerios católicos llenos de grandes cruces, de enormes ángeles, ecce homos…. Ahora, curiosamente, empieza a haber bastantes cruces.
            Un día hable a mi hijo de este lugar y con 14 años hice lo mismo que mi padre hizo conmigo, enseñarle ese lugar desconocido aún para muchos y que es toda una lección de historia. Le enseñe las tumbas de todas esas personas que fueron silenciadas durante años y que ahora tenemos el deber de enseñarles a nuestros hijos lo que hicieron y todo lo que aportaron a nuestra sociedad: Políticos, escritores, médicos, urbanistas, periodistas, científicos…grandes personajes que aportaron mucho a la historia de este país; librepensadores, demófilos, suicidas, judíos, alemanes, mujeres que lucharon por su emancipación, gente sencilla que quisieron ser enterrados fuera de terreno católico…Hasta un sacerdote que pensaba  de forma diferente y quiso enterrarse con sotana.

            Mención aparte, las mujeres. Esas maravillosas mujeres que aún eran mas desconocidas para la sociedad que el resto de sus difuntos compañeros de cementerio. Mujeres silenciadas, en la sombra,  mujeres que aportaron tanto y les agradecieron tan poco, a esas maravillosas compañeras de profesión, compañeras sentimentales,   compañeras en la lucha…….mujeres especiales que se enfrentaron a la sinrazón de la época, que se saltaban los cánones impuestos, sufragistas, feministas, luchadoras por cambiar la sociedad. Mujeres en mayúscula que luego silenciaron por ser “demasiado peligrosas” para el momento que les toco vivir, silencio que duro demasiados años. Por ello quiero dar a conocer a estas estupendas mujeres que hicieron tanto  y a las que envidio profundamente por su coraje, por su valentía, por su afán de querer cambiar una sociedad opresora para la mujer, por luchar por una sociedad mas igualitaria, por educar de una manera diferente…. Para todas ellas mi mas eterno agradecimiento.

            Debemos conocer lo que se esconde detrás de las tapias del cementerio civil, que se conozcan las tumbas de gente tan ilustre y menos ilustre, pero todos, absolutamente todos yacen allí por ser diferentes, personas laicas, progresistas….y algún suicida que quizá no quiso ser enterrado allí pero sufrió la intolerancia del momento y como castigo por desafiar al Supremo se enterraría allí donde se enterraba a “los malos”, esto le ocurrió a Maravillas Leal. que se suicido en 1884.

 
            Invito a todo el mundo a dar un paseo por la historia, a visitar el cementerio civil de Madrid. Deberíamos cuidarlo como parte de nuestro patrimonio cultural, sin embargo, a pesar del deterioro de algunas zonas, es una visita que no dejara indiferente a nadie.

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