Billy el niño, además del mitico forajido, es el apodo de Antonio Gonzalez Pacheco, un hombre tristemente conocido por todos los que pasaron por los sótanos de la Dirección General de Seguridad de Madrid, ese edifico que ahora miramos desde nuestra televisión todos los 31 de Diciembre para comernos las uvas sin recordar que por alli pasaron centenares de personas que fueron salvajemente torturadas por pertenecer a partidos, sindicatos, ser periodista, estudiante o porque si.
Este tipejo, no se hizo famoso en la postguerra, no, estoy hablando de los años 70, es decir, hace dos días. Era joven, muy joven para estar tan enfermo, tenia veintitantos años cuando se hizo famoso por sus torturas, y realmente hay que estar muy enfermo para se capaz de torturar, para ser capaz de disfrutar con el dolor de otras personas, para ser capaz de golpear hasta la inconsciencia, para ser capaz de romper dientes, huesos y disfrutar como el que come un helado.
Un asesino es un santo al lado de un torturador, puedo llegar a entender a un asesino aunque no este de acuerdo, pero a un torturador, no, no lo entiendo ni lo entendere en mi vida.
Bueno, por suerte, este tipo aún es joven, hoy tiene 67 años y aún podemos tener la suerte de que acabe su jubilación en la carcel. Pero tranquilo Billy, tu tendrás la suerte de que te juzgarán y ojala te mueras en la carcel pero no sufrirás el dolor que infringias a las personas que golpeabas sin piedad.
Seguramente este soñando pero quiero que este sueño se haga realidad, y puede serlo, Argentina ha pedido su extradicción asi como la de tres compañeros mas de profesión, todos torturadores de un régimen que aún hoy no se ha condenado en mi pais. Ojala lo logres Argsentina aunque se nos caiga la cara de vergüenza a los españoles de bien, a mi se me ha caido hace tiempo.
Hay una orden de busqueda internacional contra ellos por parte de una jueza argentina que ha logrado que muchas victimas de familiares asesinados y torturados por el régimen franquista tengan un hilo de esperanza después de tantos años de lucha. Parece ser que hay un listado de varias personas mas a lss que van a detener.
Esta es la foto de Billy el niño cuando era joven. No debemos olvidar esta cara aunque hoy ya estará muy cambiado supongo, pero no debemos olvidar la cara de aquellos que han infringido tando daño y dolor.
Solo voy a exponer algunos testimonios que se han publicado de personas que fueron torturados por él, testimonios que estremecen pero que hay que exponerlos y apoyar con todas nuestras fuerzas a la justicia argentina para que extraditen a esta gentuza, para que pasen sus días entre rejas
José María Galante Serrano
Le detienen el 24 de
febrero de 1971, en pleno estado de excepción decretado por la
dictadura, en una casa alquilada del Barrio del Pilar de Madrid. Serrano
cuenta que fue una detención extremadamente violenta, así que llegó a
la DGS sangrando abundantemente por la nariz. No obstante, es sometido
allí a brutales palizas, en las que pierde el conocimiento. Entre
interrogatorio e interrogatorio lo dejan en un pasillo, esposado a un
radiador, y los policías lo golpeaban al pasar.
Serrano enumera con detalle las torturas a las que le sometieron. Fue
colgado de las muñecas para, servirles de saco de golpes en sus
prácticas de karate, según le decían. También le aplicaron la "bañera",
que consistía en "meterte la cabeza en aguas nauseabundas hasta casi
ahogarte, permitirte respirar un momento y repetir la operación, y así
sucesivamente hasta que perdías el conocimiento".
Una
de las peores torturas que sufrió en estos interrogatorios fue la que
llamaban "la barra". Consistía en esposarle las muñecas por delante de
los tobillos y colgarlo de una barra por la articulación de las
rodillas. De esta manera, los glúteos, los genitales y las plantas de
los pies quedaban expuestos para ser golpeados con porras o vergajos. De
esto es de lo que más le costó recuperarse. Durante meses orinó sangre y
coágulos, y desde entonces no pudo correr o moverse como antes. Estuvo
en la DGS 10 días. Fue puesto en libertad sin cargos.
Miguel Ángel Gómez Álvarez
"Una
tarde un grupo de sociales capitaneados por Billy el Niño se
amotinaron. Entraron en los cuartos de interrogatorio apuntándonos con
sus pistolas y gritando que nos iban a matar a todos para vengarse por
la muerte de su compañero". Gómez Álvarez señala a Billy el Niño: "Me
dio la mayor paliza que he recibido en mi vida, creí que me iba a matar.
Me llevaron a la enfermería. Tenía los pies tan inflamados que no podía
ni calzarme, y tenían que transportarme en volandas. "El 'médico' me
dio una aspirina y les dijo que podían seguir interrogándome". Al tercer
día le obligaron a firmar una declaración autoinculpándose de
pertenecer a la Liga Comunista Revolucionaria. Sin abogado, le llevan
ante el Juez Militar de Guardia, que autoriza a la Policía a continuar
con los interrogatorios (y las torturas) tres días más. Fue procesado
por terrorismo e ingresó en la cárcel de Carabanchel.
Silvia Carretero
Fue detenida en Badajoz y conducida a la Comandancia Civil. Estaba
embarazada de dos meses y medio. "Me amenazaron con traerme al perro
(una tortura que hacía la Gestapo y consistía en traer a un macho
grande, hacerlo copular con la mujer y cuando estuviera introducida
forzar al perro a sacarla arrastrando con ello a todo el útero)",
explica Carretero. "Luego me aplicaron la técnica de los palillos".
Dicha tortura consiste en utilizar tres palos hexagonales del tamaño de
un cigarrillo, que van unidos en cada uno de sus extremos con una
cuerda. La finalidad es introducir dichos palillos entre los dedos
índice, corazón y anular. Al unirlos con la mano por debajo, rompen los
dedos. "Durante tres o cuatro años esa mano perdió fuerza, y todo objeto
que tomaba se me caía". Las marcas de todo aquello no han desaparecido.
En su declaración, Carretero detalla cómo le pusieron esposas y
golpearon hasta que las muescas de las esposas se clavaran al máximo.
"Aún hoy, 35 años después, entre los dedos y en las muñecas se pueden
ver las cicatrices". Fue trasladada a Madrid y allí la interrogó Billy
el Niño, haciendo gala de "la violencia, la agresividad y sangre fría
con la que torturaba". Carretero salió de España hacia Francia en 1976,
donde le fue concedido el asilo político.
Acacio Puig Mediavilla
Una noche de mayo de 1973
fue detenido cuando entraba en su casa de la calle Pont de Molins
(Madrid) con su novia. Los miembros de la BPS (Brigada Político Social)
ya se encontraban dentro de la vivienda. Los encañonaron y los
condujeron hacia el salón donde Acacio encontró esposados y maltrechos a
sus dos compañeros de piso, también procesados por el mismo sumario.
Yacían en el suelo y habían recibido múltiples golpes. Entre los
miembros de la policía política, Puig reconoció a “Billy el Niño”. Tenía
las ojera muy pronunciadas. En cuanto le vio, sacó las manos de los
bolsillos de su gabardina para propinarle varios golpes. La
justificación: que “no le gustaba su cara”.
La
situación se convirtió en un verdadero "infierno" cuando fue conducido a
los calabozos de la Dirección General de Seguridad (DGS), ubicados en
la Puerta del Sol de Madrid. Allí recibió un sinfín de palizas y
torturas durante los interrogatorios. En las pausas, le encerraban en
unos calabozos "oscuros y húmedos" tutelados por los grises. Ellos
“completaban las funciones de sus compinches de la policía política”:
golpeaban, insultaban y negaban arbitrariamente a los detenidos usar el
retrete. El objetivo era “quebrar la resistencia y la autoestima” de las
personas que allí se encontraban retenidas. En su declaración, Acacio
quiere dejar constancia de la brutalidad de las torturas a las que le
sometió Celso Galván, otro de los cuatro supuestos torturadores cuyo
arresto preventivo ha decretado Servini de Cubría. Ingresó en la cárcel
de Carabanchel-Alto en una fecha que no recuerda con exactitud. La
documentación es contradictora y tampoco lo aclara.
Alguien me encañonó, y ese policía de la Brigada Político-Social era Billy el Niño”,
así comienza el periodista Paco Lobatón a explicar para
Andalucesdiario.es el momento en el que fue detenido, en junio de 1972,
“justo una semana antes de que detuvieran a toda la estructura de
Comisiones Obreras que dio origen al proceso 1001″, afirma. Lobatón fue
interceptado y detenido por la Brigada Político-Social justo antes de
entrar en una asamblea de profesores. Sus compañeros lo habían elegido
como representante para preparar el boicot de exámenes con el que los
estudiantes iban a responder a la reciente detención de veinte
compañeros. Acto seguido, fue trasladado a una dependencia que la BPS
tenía en el interior de la facultad. “Aquella habitación era una
comisaria”, recuerda Lobatón. De la facultad, que fue desalojada por lo
“espectacular” de la detención, pasó a un furgón policial, una lechera,
que lo trasladó hasta la sede de la Dirección General de Seguridad
(DGS), en la céntrica Puerta del Sol de Madrid, donde permaneció
detenido e incomunicado.
Durante el trayecto, que duró entre 15 y 20 minutos, a plena luz del día, sufrió una brutal paliza a manos de Billy el Niño, en los asientos traseros del vehículo. El torturador “utilizó una porra que le había regalado un grupo fascista italiano”. Recuerda ese detalle porque Billy el Niño “se jactaba de ello”. Además, “entre los estudiantes era conocida su simpatía por los Guerrilleros de Cristo Rey”.
También resalta que “conocía a todos” los que militaban en el
movimiento estudiantil. Al pasar por el Parque del Oeste escuchó cómo el
policía amenazó con aniquilarlo “allí mismo”. Temió lo peor consciente
de que en otras ocasiones la policía franquista “había llegado muy
lejos”. Tras el interrogatorio y permanecer incomunicado 72 horas,
Lobatón pasó un mes y medio en la cárcel de Carabanchel.
Centenares de personas fueron golpeados sin piedad por estos y otros torturadores. No pueden envolverse de nuevo con la impunidad vigente,por ello debemos apoyar a la justicia argentina que ha pedido la extradicción de estas ¿personas?.
CONTRA LA IMPUNIDAD DEL FRANQUISMO, POR TODAS LAS PERSONAS QUE FUERON TORTURADAS Y ASESINADAS, APOYEMOS A LA JUSTICIA ARGENTINA.