Podemos estar tranquilos, los
cielos tienen que estar de fiesta con nuestros santos ministros y ministrables.
Todos tienen un “no se que”, “un que se yo” que hacen que a veces me ruborice
de risa o de vergüenza, pero tengo que reconocer que con algunos me da por reír.
Mi “number one” la tiene el
Ministro del Interior, ese hombre que
tiene a su cargo esos santos varones que cuidan de la seguridad del Estado
haciendo que no nos desmadremos a base de pelotazos de goma y que a pesar de su
gran esfuerzo por meternos en cintura no les toca medalla este año. Mira que se
esfuerzan y se esfuerzan y nada, un año
mas que no les toca nada pero, tranquilos, “la medalla se queda entre
nosotros”, en ese brazo que os guía todos los días: La Virgen.
Este año le ha tocado la Medalla
de Oro al mérito policial a la Virgen María del Amor y el año pasado concedio la Gran Cruz de la Guardia Civil a la Virgen dell
Pilar ¿y al que viene?, venga, hagamos una porra: Voto por la Virgen de todos
los Santos Custodios del limbo o sino por la Virgen María de los Ángeles del
firmamento eterno.
¿A quién le tocara?
Hablando de vírgenes, otra que me
encanta es nuestra Ministra de Empleo, Fátima Bañez, con esa carita entre
angelito y la vecina de la “empanadilla de Móstoles” que también cree que la Virgen
nos sacará de la crisis. Ahora entiendo porque su compañero de cartera le ha
dado una medalla porque, la verdad. es que si la Virgen nos tiene que sacar de
la crisis y guiar la mano de aquellos que nos llevan “por el buen camino”,
tiene un mogollón de curro.
¡Pobre Virgen! Que les habrá
hecho para que la hagan currar tanto, menos mal que al menos se lo valoran.
Y Wert, que me dicen de él, mi
ministro anticultura, sin becas, sin profes, sin erasmus, sin comedores, sin
necesidades educativas. Comprendo, este no le ha querido dar mas trabajo a la
Virgen y claro están las cosas como están, pero en cuanto tenga la Virgen un
ratito, le echara una mano.
Hay que tranquila me quedo, …todo
se solucionara. ¡Por fin!.