Diez
años después del terrible atentado que nos dejo el corazón helado, diez años
después de tanto dolor en el alma de las personas que perdieron un ser querido
en esos malditos trenes, aún hoy me estremezco cuando veo el rostro inflamado
de tanto llanto de Pilar Manjón.
Muchas
fueron las madres que perdieron un hijo en esos trenes, hijos en plena juventud
que iban a trabajar, a estudiar o a otros quehaceres como otros muchos
compañeros de viaje. Hijos, padres, madres, hermanos, novias, amigos que un día
se levantaron y se despidieron de los suyos con un beso en el rellano de un
ascensor, en el portal de una casa o en
la mesa de una cocina mientras desayunaban.
Se
montaron en un tren que les llevaba a ninguna parte, un tren que les arranco el
alma mientras charlaban, leían, se enamoraban o dormitaban. Un tren absurdo
porque absurdo era el fin de tantas vidas cuyos proyectos se quedaron entre los
amasijos de hierro de unos cercanías.
Unos proyectos frustrados por
unas mochilas que pusieron ahí unas personas que buscaban venganza. Proyectos
de gente obrera que saltaron por los aires, porque esos trenes recorrían poblaciones de gente trabajadora: S.
Fernando, Coslada, Santa Eugenia, El Pozo…Por eso esos trenes iban repletos de
personas, porque estaba llena de gente obrera que iba a trabajar y eso buscaban…una línea donde pudiera haber
muchísimas victimas.
Allí,
en esas vías quedaron las almas y los sueños destrozados de 191 personas y de mas de 2000 heridos con graves secuelas físicas y psíquicas que no pueden aún poner la
televisión en esta fecha. Que aún huelen a carne quemada, que aún se levantan
sobresaltados viendo cuerpos desmembrados, que aún tienen una cicatriz que
sangra.
Pilar
Manjón sigue vistiendo de negro, porque así es su vida desde que su hijo dejo
de besarla, de abrazarla. Negras son sus ojeras que permanecen abultadas diez
años después porque no puede parar de llorar cuando la puerta que debería
abrirse no se abre para ver a su hijo.
Muchas son las madres que perdieron a sus hijos, Pilar Manjón simboliza el
dolor de todas ellas. Madres que escriben a diario una carta a su hijo contándoles
las novedades familiares, madres que les piden que se metan por las noches en
sus sueños para poder verlos, madres que esperan que se abra la puerta a la hora
que llegaban sus hijos a casa.
A
Pilar y a otras madres, así como a
maridos, novias, novios, padres, hijos, cuñadas…. no se les ha tratado igual
que a las victimas de ETA. Su monumento oficial que recuerda a las víctimas
esta dejado, parece no importar. Aún esta la teoría de la conspiración
pululando por encima de las cabezas de las victimas. Estas víctimas son
víctimas de segunda, no me cabe la menor duda. El diario “20 minutos” hace eco del frío saludo del Rey a Pilar
Manjón. Pilar ha sufrido mucho, ya no solo por su hijo sino por haber sido
insultada, amenazada , por tener que ir con escolta ¿Por qué?
11
de Marzo de 2004, fecha grabada a fuego en los corazones de todos, nunca nos
olvidaremos de vosotros. Un beso eterno.
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