Cuando los medios de comunicación
hablan de “antifascistas” lo hacen en un tono que recuerda cuando en la época
de la postguerra se decía que “los rojos tenían rabo y cuernos”.
Se refieren a los
antifascistas, como jóvenes radicales,
violentos, que son como el caballo de Atila que por donde pasan no crece la
hierba y que hay que atarles corto, muy corto, mas corto si se puede.
Cuando criminalizan este término
me pregunto ¿Por qué? ¿Por que parece que este término es algo delictivo cuando
debería ser lo lógico? Lo que debería ser delito es ser fascista no
antifascista. Antifascistas deberíamos ser todos, debería ser lo normal y lo
lógico. Los principios democráticos están en las Antípodas de los principios
fascistas. ¿Por qué se criminaliza este
término?
El fascismo tiene entre sus
principios la violencia como un valor positivo y un rechazo frontal a la democracia, al parlamentarismo, al
pacifismo, a los derechos individuales, etc. Entonces estar en contra de estos
principios ¿es bueno o malo?, la respuesta es clara por eso ser “Antifascista”
no debería ser un término a criminalizar ni a condenar, sino un término a
ensalzar.
Otra cosa es que,
institucionalmente, se llame violencia a las situaciones en las que las
personas reclaman sus derechos perdidos y robados por un gobierno corrupto que
no oye ni escucha el clamor de un pueblo que empieza a estar desesperado de
estar en la cola del paro y en las
colas de los comedores sociales y que no puede dormir por la noche pensando que
igual es la última noche que duerme bajo techo.
YO SOY ANTIFASCISTA, PORQUE ES LO
LÓGICO. La democracia también debería decirlo en alto y no criminalizar este
bello término.
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